Mi musa es una perra...

Y la adoro, que es lo peor del caso. Para aclarar dudas, llamo Musa a “ese algo” que me hace escribir, que logra que exista contacto entre ese pequeño y maravilloso Universo, que reside en mi cabeza, y mi yo real, que juega a ser escritora y no TSU en Informática lol. Pero sin embargo, sé que puedo ser ambas.

Y la adoro, porque me hace vivir cuando al final de la jornada puedo leer un capítulo completo y sonreír, llorar o estar cabreada hasta la médula, si así lo ameritara el caso.

Y la adoro, porque fue la inspiración lo que me hizo descubrir, que gracias al cielo, todos los escritores: escribimos, pensamos, nos inspiramos y trabajamos de formas diferentes, y somos diferentes dentro de los diferentes.

Y la adoro, porque justo ahora que no tengo tiempo para escribir, esta bombardeándome de ideas, diálogos e imágenes que me estremecen y me hacen querer correr del trabajo a mi laptop y no pararme durante días escribiendo todo lo que me enseña.

Y la adoro, porque cuando tengo un respiro para escribir, se pone en su faceta de perra y me quedo en blanco como un documento nuevo de Word.

Y la adoro, porque se alió con un ser maravilloso, para intensificar su potencial y hacer personajes de quienes me he enamorado perdidamente, como la vida misma.

Y la adoro, porque sin la musa no sería yo, no sería lo que soy.

Y la adoro, porque me abandona en momentos inesperados y regresa justo a tiempo, antes de volverme loca.

Y la adoro, porque gracias a la musa, soy escritora. Y siendo escritora soy feliz.

Y la adoro, porque… Somos uno, somos todo.

Y la adoro, porque desde que la musa llegó a mi vida puedo ser más sensible ante todo, puedo sentirlo todo con mayor intensidad.

Y la adoro, porque gracias a la musa me he podido enamorar…

Hasta el próximo delirio.

XOXO