«Creo que siento fascinación por la interacción entre las personas. El crear toda una atmósfera para que empiece la atracción, la tensión, las confusiones, las peleas… Todo lo que construye esa cosa horrible y empalagosa que llamamos: amor.»
Después de haber dedicado cuatro años de su vida a escribir fics, y de que la saga del niño que vivió terminara, creyó que esa conexión entre el leer y el escribir había llegado a su fin. No obstante, nueva literatura cayó en sus manos y, un día, ocurrió algo que ni ella misma esperaba:
«…imagino el interior de mi cabeza como una extensión infinita de verde y entonces, por allá, detrás de las caras que les puse a los últimos personajes de los libros que había leído, apareció un rostro desconocido para mí, y me intrigó saber quién era y qué rayos hacía en ese lugar restringido que era mi mente. Fue cuando supe que no quería escribir de personajes ya creados, sino que tenía un montón de gente en mi cabeza queriendo contar su propia historia… Fue un momento glorioso, recuerdo con quien estaba hablando cuando ocurrió, fue inolvidable.»
Tiempo atrás, había escrito un fic conjunto con la que se convertiría en su colega y socia: Barb Capisce, con la que volvería a unirse para dar a luz a este magno proyecto. «Fue una experiencia única, no solo es una colega escritora, sino que es una gran y querida amiga con quien, a través de todo lo que conllevó Ángel Prohibido, reforcé los lazos de amistad que habíamos formado antes de comenzar la saga.»
Su primer trabajo en solitario es lanzado en 2015, donde coqueteó
con el thriller romántico, para posteriormente en 2016 lanzar el primer libro
de su Colección Little Things (Libros con protagonistas de la comunidad LGTB+),
desde entonces y, con mucho trabajo y múltiples ilusiones, Daphne Ars ha sobrepasado
sus propios límites, esperando que su trabajo alcance los corazones de los
lectores, regresándole las ganas de amar al espíritu más duro.