Leí: El juego de seducción

De Melanie George

Cuando el reconocido y acaudalado sexólogo británico Dexter Harrington le ofrece a la novelista neoyorquina Mallory Ginelli un jugoso salario para que viaje a Inglaterra y le ayude con un proyecto  obre sexualidad humana, ésta no se lo piensa dos veces y acepta. Mallory necesita el dinero para hacer frente a las últimas deudas contraídas por su hermana, pero no se atreve a contarle a Dexter que es virgen y que todas las escenas eróticas de sus libros son sólo producto de su imaginación. 

Dexter está a punto de casarse con su prometida Sarah, una antigua amiga de la infancia, y quiere que le aconsejen sobre cómo seducir a una mujer, así que ha pensado en Mallory para tal cometido. 

Y mientras ambos comienzan su particular curso de seducción, el amor tejerá sus hilos para que terminen juntos.

Cuando una portada y sinopsis te seducen probablemente la lectura será todo un viaje, básicamente de esto se trata El juego de seducción, es una historia sencilla, pero que te seduce desde la primera línea, al menos este fue mi caso, Mallory es una escritora de novelas románticas eróticas que vive en Nueva York, muy cerca de su madre y hermana menor, Genie, quien a sus 17 años es una adolescentes experta en dar dolores de cabeza. 

Con una situación económica apretada la propuesta de un excéntrico sexólogo BRITANICO para que Mallory se una a su investigación, puede considerarse una ayuda caída del cielo con 20 mil billetes verdes, es así como Mallory –junto a su mejor amiga Freddie- cruzan el Atlántico para ir a Inglaterra a reunirse con Dexter Harrington.

Dexter es un hombre, que bajo las chaquetas con parches en los codos, los pantalones color caqui y las gafas de cerebrito –que esconden un cuerpazo- conoce mucho de sexo en teoría y práctica pero el cortejo se le hace imposible de comprender, es por ello que bajo la sugerencia de su mejor amigo, Cummings, invita a la escritora de romance Mallory a comprender qué desean las mujeres.

Y es así como estos dos polos, en teoría, opuestos, comienzan a convivir intentando llevar a buen término esta investigación, pero encontraremos a un Dexter muy remilgado y bien apegado a la imagen general que se tiene de los ingleses, mientras que Mallory demuestra su cultura anglo, más relajada, excéntrica y divertida. Pero ambos reconocerán que tienen mucho más en común de lo que pueden imaginar, y la atracción física y emocional se filtra entre las líneas de una novela fresca, dinámica, de pasajes divertidos y personajes muy peculiares.

Entre malos entendidos y encuentros chispeantes vemos nacer el amor entre estos dos, y Mallory vive así su propia aventura no como espectadora de su propios libros, y Dexter encuentra que la vida es corta y hay que aprender a divertirse al máximo.

El final me desencantó un poco, no porque era predecible sino porque me pareció más bien exagerado, pero leer esta historia fue refrescante, picante y divertido.

Nos vemos hasta que nos veamos

XOXO